En 1968, el Centro de Recuperaciones e Investigaciones Submarinas de Barcelona (C.R.I.S.) puso en marcha la primera cámara hiperbárica multiplaza para buceadores deportivos en el Hospital de la Cruz Roja de Barcelona. Anteriormente el C.R.I.S. había dispuesto de una cámara hiperbárica de cartucho (para una sola persona) que diez años antes pudieron obtener gracias a las donaciones recibidas para tal efecto, tras la gran operación de rescate de los cuerpos de un avión siniestrado de la compañía Aviaco de la linea Oviedo-Barcelona.
La instalación de esta nueva cámara hiperbárica supuso un gran avance para el buceo deportivo en España, no solo por el tratamiento de los accidentes disbáricos, sino también para el estudio de las diferentes enfermedades que sufrían los buceadores sin necesidad de sumergirse en el medio acuático.

Cartel publicitario de la cámara hiperbárica del CRIS en 1973